El frenazo ambiental de Uribe. Entrevista a Manuel Rodríguez, Juan Mayr, y Ernesto Guhl

En esta aguda entrevista grupal, Manuel Rodríguez, Juan Mayr, y Ernesto Guhl, destacados conocedores del tema ambiental que comparten la condición de haber sido ministros de medio ambiente, comparten sus preocupaciones acerca de la ausencia del tema dentro de las prioridades de la administración Uribe Vélez. La franqueza y contundencia de los argumentos que exponen, hacen que este documento constituya una entrada crítica ineludible, al tema de la política ambiental en la era Uribe:

Frenazo ambiental de Uribe. Entrevista a Manuel Rodríguez, Juan Mayr, y Ernesto Guhl

¿Consecuencias de la negligencia ambiental actual? Nefastas, teniendo en cuenta que en el mundo de hoy la variable de gestión ambiental de los países abre o cierra las puertas de la cooperación internacional; y nefastas para los colombianos que hacia el futuro podrían sufrir las consecuencias en la disminución de su calidad de vida, en asuntos tan delicados como el acceso a agua potable.

Desde 1968, cuando en la administración Lleras Restrepo se creó el Inderena como ente rector de la política ambiental, cada gobierno había dejado un legado que, como en una carrera de relevos, era retomado por el siguiente y acrecentado. La política ambiental que se ejecutó en Colombia durante los 70 y 80 fue diseñada por Julio Carrizosa y puesta en práctica en los gobiernos de Alfonso López y Misael Pastrana. De esa época data el Código de Recursos Naturales.

Manuel Rodríguez Becerra, primer Ministro del Medio Ambiente, hoy profesor universitario y dedicado a la consultoría nacional e internacional en torno a este tema, resume así este proceso: Los últimos gobiernos dejaron su legado de gestión ambiental. Los de Misael Pastrana y Alfonso López nos dieron el Código Ambiental. Y el de López la creación de los parques nacionales. En un solo Conpes declaró 16 parques nacionales y eso ha sido un éxito para preservar áreas claves del territorio. En el de Turbay se crearon más parques y se impulsó una agresiva política de reforestación comercial. Durante Betancur, con Margarita Marino de Botero al frente del Inderena, el legado es el de la participación de la sociedad civil.

El tema ambiental adquirió estatus político, interlocución con el Congreso, con otros gobiernos. Margarita, como decía mucha gente, convirtió al Inderena en la ONG más grande del país. Con Barco continúa Rodríguez hubo un enorme legado que fueron los resguardos indígenas y la ampliación de los parques nacionales. Estamos hablando de que el 40 por ciento del territorio nacional hoy está en parques naturales o resguardos indígenas. Los legados de Gaviria fueron la Constitución del 91, la ley 99 de 1993 que creó el Ministerio y el Sistema Nacional Ambiental y los créditos y la cooperación internacional por 300 millones de dólares para poner a funcionar todo el sector. Fue una gran revolución.

Ernesto Guhl, uno de los expertos ambientales más reconocidos del país y que durante la administración Samper actuó como Viceministro del Medio Ambiente, dándole continuidad a la gestión de dos ministros, resume así la huella que dejó esta administración: El legado de Samper fue poner en marcha todo el sistema: las Corporaciones Autónomas Regionales, los institutos de investigación, toda la normatividad que hoy está vigente. Se consolidó lo de parques. Por primera vez hubo legalmente una política ambiental, como parte de un plan de desarrollo.

Y Juan Mayr, ministro de Andrés Pastrana durante cuatro años y uno de los más reconocidos ambientalistas a nivel mundial, hoy asesor de la ONU, resume así su gestión: Definimos el agua como eje de la política ambiental, construyendo sobre todo lo que ya estaba. Por otro lado, regionalizamos el sistema nacional ambiental. Empezamos a generar cohesión entre los diferentes entes que trabajaban independientemente. Continuamos con el proceso de normatividad. Fortalecimos los procesos con el sector productivo. Enfatizamos en las agendas interministeriales. Destinamos un gran esfuerzo a todo lo internacional generando procesos reconocidos a nivel mundial, que le dieron a Colombia liderazgo. Consolidamos los últimos tres parques, uno de estos, Puré, en la Amazonia, es el segundo más grande del país. También creamos el sistema de indicadores de gestión ambiental. Recogimos toda la información ambiental del país conjuntamente con los institutos de investigación y formulamos por primera vez en el país un sistema de indicadores.

Así que en 35 años pasamos del Código Ambiental a los parques nacionales y resguardos indígenas; a la Constitución de 1991 que tiene más de 60 artículos ambientales y es catalogada internacionalmente como un ejemplo de Constitución verde; al Ministerio del Medio Ambiente y al Sistema Nacional Ambiental. Y qué pasa con todo eso con Uribe?, pregunto a los expertos. Sin excepción, responden: Todo se frena.

Y las consecuencias?, insisto.

Mayr se aventura primero: Esto tiene consecuencias en el manejo de la política internacional. Colombia en épocas de vacas flacas había logrado alianzas estratégicas en Europa y E.U., para buscar recursos de cooperación, y el tema ambiental era la puerta de entrada para que nos tuvieran en cuenta. Habíamos llegado allí como país después de un largo proceso en el cual Colombia ya estaba al mando de las negociaciones internacionales, en las presidencias de importantes foros ambientales. Esto se frena y se acaba con Uribe. Por ejemplo continúa Mayr a Manuel le toco la presidencia del Foro Mundial de Bosques y a mí me tocó la presidencia de las negociaciones del protocolo de bioseguridad. También presidí las negociaciones de la Comisión de Desarrollo Sostenible, que son foros de primera línea a nivel mundial y que no se hubieran logrado si Colombia no tuviese esos antecedentes.

Manuel Rodríguez profundiza: Hoy en esos foros se legisla en materia ambiental. Dentro de la globalización, comercio y medio ambiente son los campos donde se está creando legislación y eso se hace en esos foros. Si estás ausente, entonces otros legislan por ti. Es lo que le pasa hoy a Colombia, que siempre tuvo un alto perfil internacional. Margarita Marino, por ejemplo, fue miembro de la comisión Brundtlan. Una de las primeras cosas que se desploma en este gobierno es nuestro perfil internacional. La silla vacía en muchas reuniones claves.

Guhl vuelve al tema nacional: Habíamos construido todas estas instituciones a lo largo de 40 años. Llegamos a este gobierno donde es claro que el Presidente no tiene interés en el tema ambiental. Lo de pegar vivienda con medio ambiente no tiene lógica. Con el mismo argumento podrían decir mañana que las vías tienen que ver con el medio ambiente y juntan el Ministerio del Transporte con este, o del de Minas o cualquiera. Esa decisión fue un error tremendo. El Ministerio del Medio Ambiente se convirtió en Viceministerio.

Mayr, a quien el Ministerio convirtió en un ambientalista aterrizado, a pesar de que no ha perdido su pinta de rebelde contestatario, y en Nueva York y Bruselas seguramente todavía se le considera un hombre de las poderosas ONG, remata así el punto de Guhl: Un ministro que tenga la camiseta ambiental va y defiende el tema en el consejo de ministros, en los Conpes, en el Congreso. No es el caso de un viceministro. Un ministro está donde se discuten políticas y se meten los goles. Hoy no hay quien haga este oficio de manera vigorosa y con argumentos. Con seriedad inusual en él, concluye: Los colombianos deben esperar un deterioro ambiental y en su calidad de vida.

Después de semejante afirmación, les pido que aterricen el tema. En concreto: cuáles son los problemas ambientales hacia el futuro? Todos coinciden en que el primero es el agua.

Manuel Rodríguez está investigando este asunto y tiene datos frescos: Lo del agua es fundamental para Colombia, que es muy rico en recursos hídricos y parte del bienestar de la población y de su desarrollo futuro tiene que ver con este recurso. Es claro que el manejo que le hemos dado no es el adecuado. Para el 2025 se prevé que si las cosas siguen igual, 26 millones de colombianos sufrirán de escasez de agua en períodos de sequía. Es muy delicado. Es decir: si Colombia no mantiene las instituciones que se han creado, si no las fortalece y si no cambia la tendencia en que va el problema del agua, entonces en 22 años el 65 por ciento de los municipios andinos podrán tener problemas de provisión de agua potable. Además de lo que esto significa para la actividad agrícola e industrial.

Mayr comparte la explicación de Rodríguez y pasa a hablar de los suelos. Toda la región andina, donde nacen las aguas, está en un proceso de erosión. Estamos perdiendo los suelos. Estamos perdiendo productividad. Esto en un contexto de aumento de población que tiene mayores demandas de recursos y tierra. Por eso cada vez que hay inviernos en Colombia se ven tantos desastres. Es imperativo el inicio de procesos de ordenamiento territorial adecuados a las condiciones biofísicas. Para él, que hoy forma parte del selecto grupo de doce expertos internacionales que por encargo del Secretario General de la ONU, Kofi Annan, analizan el papel de la sociedad civil dentro del sistema de Naciones Unidas, aquí el debate que debemos dar a fondo hoy los colombianos es sobre desarrollo de la política ambiental colombiana y por qué Uribe dio semejante frenazo. No es un problema simplemente de ministros, es un problema de política nacional. El problema es por qué se desbarata un ministerio con unas funciones claras, que mira el desempeño de todos los demás sectores e introduce la variable ambiental en los sistemas productivos. La tragedia es que siempre se menciona en los medios a la Ministra del Medio Ambiente, pero hablando de vivienda, de acueductos o alcantarillados. Desapareció la Ministra del Medio Ambiente hablando de medio ambiente.

Y presupuesto para este Ministerio?, pregunto.

Guhl, que sigue paso a paso el tema en el Congreso, contesta: Solamente el 17 por ciento del presupuesto actual del Ministerio del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial está dedicado a los temas ambientales. De resto, el gran volumen del presupuesto tiene un énfasis en los temas de vivienda y saneamiento básico. En el gobierno de Pastrana hubo la mitad de la plata que hubo con Samper en todo lo que se conoce como el sistema ambiental. Y en este, la mitad de la plata que hubo con Pastrana.

Manuel Rodríguez amplía: En Colombia se creó un sistema nacional ambiental blindado financieramente. En la Constitución se crearon dos cosas: un porcentaje del fondo de regalías para las entidades ambientales y una sobretasa al impuesto predial para las Corporaciones Autónomas Regionales. Además, con la Ley 99 del 93 se incrementaron las transferencias del sector eléctrico para lo ambiental y se crearon otras rentas para el sistema. Colombia aseguró recursos para que cuando viniera un gobierno que no le interesara lo ambiental, el sistema se mantuviera. Pero qué pasa hoy en día? se pregunta Rodríguez: Que esto se está vulnerando porque por ejemplo en el referendo, que por fortuna no pasó, se pretendía quitar lo de regalías para dárselo a educación y saneamiento básico. Además, están tratando de llevar rentas ambientales hacia otros rubros en perjuicio de programas de conservación .

Otra de las críticas a Uribe desde todos los flancos, es que de manera terca ha nombrado como ministras del medio ambiente a dos buenas profesionales, pero que no conocen nada de un tema que hoy es exigente y especializado. Por qué improvisar de esa manera, se han preguntado muchos, en un tema vital para Colombia? Les pregunto a los tres cuál es el perfil ideal de un ministro del medio ambiente. Hay divergencias.

Para Guhl, los ministros deben ser buenos administradores, pero eso no es lo esencial. Lo principal es que conozcan, que tengan visión política ambiental, que hayan trabajado en el sector público ya que es asunto, por esencia, público.

Rodríguez disiente: No creo tanto en lo de experiencia en el sector. Debe ser una persona bien formada y con sensibilidad en el tema, pero lo que debe respetar el Gobierno es la capacidad técnica del Ministerio. Parte del problema actual es que la anterior ministra, Cecilia Rodríguez, debilitó el equipo técnico del Ministerio. Este sí el producto de 30 años de experiencia. Lo que hay que tener en esto es un ministerio altamente técnico y no político, y lo que pasó es que se politizó con este gobierno.

Cómo así?, pregunto. Dicen en el Ministerio que el poder detrás del trono era un ex senador de izquierda. Quién? Allá todos saben. Todo el mundo lo dice. Todo el cuento de que no hay cuotas políticas en este gobierno parece que aquí no era cierto. Debilitaron técnicamente al ministerio y al Ideam Rodríguez es cauteloso, no da nombres.

Mayr prosigue por el lado del Ideam. Es una lástima. Uno de los institutos más importantes a nivel internacional con que contaba Colombia, porque ya no se puede decir que cuenta. Era el cerebro de la información ambiental. Sin esas series históricas del Ideam se toman decisiones a ciegas.

Para Guhl es igualmente dramático el caso del Instituto Humboldt. Esta entidad afirma tiene a su cargo el tema de la investigación de biodiversidad para ponerla al servicio del desarrollo del país. Pero el drama es que hoy el Humboldt no tiene plata para pagar la nómina.

Mayr tiene fresco el tema también: Lo grave del Humboldt es que el 90 por ciento de su presupuesto es de cooperación internacional, solo el 10 por ciento la pone el Gobierno colombiano, que son los recursos para la nómina. Lo que pasa es que esa plata, el 90 por ciento, se pone en riesgo porque si el Gobierno colombiano no pone lo suyo los recursos internacionales no se giran. El legado de este instituto es invaluable. Por ejemplo, lo de la escasez del agua hoy se sabe por los datos del Humboldt.

Pero, bueno, hay algo rescatable en la política ambiental de Uribe?, pregunto.

Rodríguez, el más pragmático de todos, contesta: Uribe es un Presidente que ha hablado de bosques desde la campaña. Pero ningún ministro ha tomado hasta la fecha esta bandera para impulsar una política.

Mayr da su brazo a torcer: Lo que pasa es que la concepción de bosques de Uribe es una de guardabosques. No hay una concepción integral del problema: reforestación, siembras comerciales, etc.

Sí interrumpe Rodríguez, pero creo que es un problema de falta de ministros. Porque a un Presidente se le ocurre un tema, pero es el Ministro del ramo al que corresponde desarrollarlo.

Y el futuro qué? La conversación sigue así durante horas, más o menos con las mismas conclusiones: este gobierno le dio la espalda al tema ambiental. Les pedí que rematáramos hablando del futuro. Si ellos le pudieran hablar al oído de Uribe y su ministra del Medio Ambiente, Sandra Suárez, qué les dirían.

Rodríguez retoma su punto: Uribe debería ordenarle a su ministro que hiciera un gran plan de bosques restauración, reforestación comercial y ese sería un legado de su Gobierno. Pero tal vez lo más importante es que reconozca el legado de la gestión ambiental en Colombia: el de la institucionalidad, la información, el avance que se ha dado en los sectores productivos que hoy respetan esos estándares. En palma africana, en petróleo, en carbón, en construcción de carreteras, el cambio en los últimos 20 años es del cielo a la tierra. Es una irresponsabilidad enorme abandonarlo todo. Debería además abandonar la idea de reformar la ley 99, que apenas está dando sus frutos. El proyecto hoy en trámite en el Congreso es, para mí, inconveniente.

Mayr asiente, pero quiere ser más específico y empieza a disparar: Hay que volver a darle estatus de Ministerio al medio ambiente. Es el único país que teniendo tanto recurso natural no tiene ministro; el punto de los institutos de investigación merece evaluación seria. Colombia sin esos institutos no tiene futuro; el Gobierno debe implementar el plan de desarrollo forestal que es una política nacional que está enmarcada dentro de acuerdos internacionales. Hay que respetar el sistema descentralizado. Y concluye: Para las instituciones de crédito internacional, para la Cepal, el Sistema ambiental colombiano es considerado como uno de los más avanzados de la región. Entonces, desbaratar es nefasto para el futuro del país. Colombia va a sufrir estos impactos de manera grave en poco tiempo. Retoma el tema internacional: La decisión para frenar lo ambiental en Colombia corresponde a una situación de carácter internacional. La política ambiental de E.U. es un desastre. Como la de Colombia, también ha tenido un retroceso inmenso con el presidente Bush, que no ha firmado ninguno de los convenios internacionales sobre medio ambiente, mientras que Colombia sí. Por lo tanto en las negociaciones internacionales de comercio con ese país, se va a dar la exigencia de no tener en cuenta ninguno de los convenios de medio ambiente y sería muy grave que Colombia renunciara a esas conquistas. Llegaremos al punto donde en Colombia solo se vea la visión de comercio de E.U. Aquí hay que estar alerta porque está en jugo el mantenimiento de la base natural del país como elemento central para el desarrollo socioeconómico.

Guhl coincide y se pregunta: En qué se benefician los colombianos de toda esta tradición de políticas ambientales? Primero, en tener una buena oferta ambiental. Que haya agua, aire limpio, servicios ambientales que funcionen. Después viene la parte del aprovechamiento. Hay países de América Latina, Costa Rica por ejemplo, donde el ecoturismo es muy importante para su economía. En Panamá y Ecuador pasan cosas parecidas. No estamos aprovechando el potencial de ecoturismo que tenemos. Colombia es un país que tiene recursos naturales de gran valor. De lo que se trata es de encontrar un modelo de desarrollo que aproveche eso. Porque lo que nosotros habíamos hecho y seguimos haciendo es usar los recursos con un esquema de destrucción y saqueo. Es lo que hacemos con el petróleo, con el carbón, pero no hay nada que esté realmente generando un valor agregado en el país a partir de nuestra base natural. Ahí está el desarrollo sostenible. Hay que usar los recursos conservándolos y manejándolos y agregándoles conocimiento y valor. No simplemente exportando materia prima.

Queda al final la sensación de estar ante una política ambiental mal encaminada que desconoce una tradición de 35 años. Algo en lo que coinciden voceros de tres gobiernos tan distintos entre sí como los de Gaviria, Samper y Pastrana. Será que los equivocados son ellos y todo esto no es más que oposición a Uribe? No parece ser el caso. Lo cierto es que el debate apenas empieza. Los ambientalistas están combativos, no se van a quedar callados. Todos están la expectativa de la gestión de la nueva Ministra, Sandra Suárez, de quien dicen, está a tiempo de modificar el rumbo. Al final, será la historia la encargada de poner las cosas en su lugar. A ese juicio no escapa nadie: Dejará Uribe su legado ambiental como lo han hecho sus antecesores o, por el contrario, las cosas seguirán por el mismo camino que hoy tanto critican ex ministros y ambientalistas? -Silencio de la Ministra A pesar de que desde el viernes 5 de diciembre se le envió un cuestionario a la ministra del Medio Ambiente, Sandra Suárez, para tener en este reportaje la posición del Gobierno, no fue posible que ella contestara. Adujo falta de tiempo.

Santamaría, R. 2003. Frenazo ambiental de Uribe. Entrevista a Manuel Rodríguez, Juan Mayr, y Ernesto Guhl. Lecturas fin de semana de El Tiempo, 14 de diciembre. [Consultado el 11 Junio de 2010] [En línea en: www.manuelrodriguezbecerra.org/entrev_frenazo.htm ]

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